Ficha :
Titulo: Kinny!!!
Autor: YO!!! Jaron Fuentealba
Saga: Hasta ahora Ninguna C:
Kinny es una chica como cualquier otra, tiene tres hermanos, una madre y un padre que la aman y cuidan. Una vida idílica y feliz en un pueblecito como cualquier otro... Pero un día todo eso cambia, la muerte de su padre derrumbo su mundo seguro y feliz.
Todo comenzó un día de verano normal, un cálido día cualquiera... Que no auguraba nada bueno... Una muerte, una verdad, un camino que se extendía ante ella y un propósito que seguir... La venganza... Vengar a su padre y recuperar el objeto arrebatado cruelmente.
Su vida enfrentara un cambio rotundo, adiós a los juegos, adiós a los sueño, adiós a la familia.
Tiene un propósito y debe cumplirlo hasta las ultimas consecuencias...
Epilogo:
La orden
La noche era oscura, las titilantes estrellas no se dejaban ver ni por un segundo, la gran luna llena estaba totalmente cubierta por un espeso manto de nubes que presagiaban una estridente tormenta. Hudro y Bodro se dirigían a ver a la hechicera, su señora los mandaba a llamar, y ellos sus fieles servidores no la harían esperar. Encaminaron sus pasos por entre los añosos robles que mecían sus ramas al viento produciendo espeluznantes quejidos. A Carby todos le temían, Hudro y Bodro no eran la excepción, su ama era de temer, por algo se le consideraba la mano derecha de Alecir el jefe de la operación y hermano de su gran señor el Heraldo Negro el mal convocado en la tierra, pero desde que la maldita bruja lo tenia encerrado todos sus leales siervos se habían quedado de brazos cruzados esperando su regreso.
Los aposentos de su ama se encontraban cerca, Hudro y Bodro sentían la habitual corriente eléctrica sacudir su piel, por esos terrenos la magia se respiraba en el aire. Cundo llamaron a la puerta su ama les contesto desde dentro con una suave y melodiosa voz, pero que dejaba destilar una amenaza oculta. Si, esa era la hechicera.
-Hudro y Bodro mis leales perritos guardianes ¿Cómo habéis estado?
-Bien mi señora-- contestaron estos en coro.
-Espero que sepáis para que os he hecho venir--dijo esta calmadamente.
-Nn…no mi señora no se nos ha informado- contesto dudoso Bodro.
-Par de inveciles, ya me lo imaginaba yo de que no sabrían ni para que los he mandado llamar--dijo exasperándose mientras se levantaba del sillón donde estaba cómodamente recostaba--para que se vallan enterando el regreso de nuestro gran líder esta muy cerca y ustedes fieles servidores del mal están destinados a cumplir una misión de gran relevancia para nuestra orden: tienen que ir al cuchitril de los Gurmand y traerme el orbe, no me interesa si dejan viva o no a la familia, lo que a mi y a todos nos interesa es el orbe. Tráiganlo a mí y serán muy bien recompensados, Hudro y Bodro--una sombra maléfica cruzo por la cara de Carby y con un gesto los despidió.
Los sirvientes no esperaron más indicaciones, con una exagerada reverencia dieron marcha atrás y salieron a la fría noche de cara a la misión que su temida ama les había encomendado
Capitulo I
Comienza el camino
Era un día de verano normal, soplaba una fresca brisa que refrescaba la piel, el viento olía al bosque de junto y el sol brillaba en su cenit. Kinny corría aprisa por el patio de su casa, para esconderse de su hermano, ellos estaban jugando al escondite y a Fernando le tocaba contar, recordó de repente un escondite perfecto: el taller de su padre, pero ella iba en la dirección contraria por lo que se freno en seco y comenzó a correr en la otra dirección, Kinny era a la única de la familia a la que le estaba permitida la libre entrada a ese sito y a ella le encantaba ese lugar, se sentía muy a gusto entre los trabajos terminados o a medio acabar de su padre. Él, para orgullo de su familia, era uno de los mejores herreros del país, fabricaba las espadas más
exquisitas y manejables de todo el reino, sus creaciones eran conocidas por todos los reinos del orbe, y todos los guerreros que se considerasen como tales tenían que tener una arma hecha por Leonardo Gurdmandh, y esto a Kinny le encantaba, ella siempre había deseado poder manejar una de esas armas pero su padre y su madre se lo habían impedido alegando que aun era muy pequeña y que las señoritas no andaban peleándose por ahí con armas como los muchachos , pero para Kinny esto no fue un impedimento, ella había convencido a Lucas el mejor espadachín de la familia –y su hermano mayor- para que le enseñara, alegando que era mejor estar preparada para cualquier cosa que ser una señorita inútil.
Cuando Kinny llego por fin a el taller abrió tan fuerte la puerta al empujarla con las manos que se hizo daño en ambas, miro nerviosa hacia dentro, tenía la respiración irregular y le latía el corazón detrás de los oídos por la carrera que se había dado, escudriño el lugar para no toparse con alguno de los trillizos -que por las cosas de la vida de trillizos solo tenían el nombre, pues por un lado su hermano Lucas era alto e inteligente, tenía los ojos del mismo tono azul que su padre y su castaña cabellera era ondulada -el era quien primero había nacido- , Fernando era valiente y desordenado le gustaban los retos sobre todo aquellos difíciles de cumplir, él tenía los ojos del mismo tono castaño de su madre con pequeñas líneas negras que atravesaban su iris ,él tenía los cabellos castaños ,pero con pequeños brillos pelirrojos que le daban un aire juguetón, al igual que Lucas era alto y delgado, de fuertes brazos que podían levantar a Kinny si ningún problema.
Su hermano Manuel era -de alguna forma y aunque fuera el menor de los trillizos- serio, se tomaba todo con mucha calma, era muy racional no dejaba que las emociones lo embargaban y siempre miraba todo desde fuera para hallar la solución más indicada y eso se dejaba ver en sus impasibles ojos pardos tan tranquilos y calmos todo el tiempo, su tranquilidad era una fuerza inamovible, estar cerca de él y no estar en calma era imposible. Manuel era fuerte –no el más fuerte pero lo era -, y ayudaba a su padre cada vez que este se lo solicitaba.
Estos eran sus hermanos. Ella los adoraba de todo corazón eran su bien más preciado junto con su madre y su padre.
Kinny decidió que el mejor lugar para esconderse de Fernando seria bajo uno de los mesones del fondo donde se guardaban las herramientas sin uso, se escabullo allí a gatas hasta que se topo con la pared de madera, se sentó con cuidado de no darse un cabezazo contra el mesón sujetándose las rodillas fuertemente con sus brazos a la espera de que Fernando apareciese para buscarla, su respiración aun era un jadeo por lo que lucho por controlarla. A lo lejos Kinny escucho pasos, por lo que se acurruco en su escondrijo esperando a que Fernando pareciese con su habitual sonrisa atrapándola en su escondite, pero los pasos que ella sentía no correspondían a los ágiles pasos de su hermano, estos eran más pesados y se arrastraban un poco, no correspondían con las pisadas de un muchacho joven. Kinny aguzo el oído para poder entender mejor lo que estaba escuchando y para su sorpresa luego de esos pasos pesados un poco más retrasados se podían percibir dos pares mas de pies estos de pisadas ágiles y pesadas, eran pasos autoritarios, por lo que podía deducir Kinny sin ver a sus dueños, los tres juegos de pies se detuvieron enfrente a la puerta del taller, esperando.
-Vamos Leonardo, no nos hagas el trabajo más complicado de lo que ya es.
Papa está con ellos, pensó con curiosidad, y esos hombres lo conocen. la puerta se abrió lentamente con un crujido y un apesadumbrado Leonardo entro primero seguido por dos hombres desconocidos para Kinny, la joven se había arrastrado fuera de su escondite lo justo para que la viese su padre y le lanzara una aterrorizada mirada seguida de una súplica silenciosa para que se volviese a esconder, sus acompañantes, para la suerte de Kinny no se percataron de su presencia allí estaban distraídos examinando el taller como si buscasen algo , Kinny rápidamente regreso a su refugio y se encogió lo que más pudo intentando desaparecer bajo el mesón. La mirada de su padre se le había clavado en la retina, sus ojos estaban embargados por el miedo, por alguna razón padre les teme a estos hombres, ¿Quiénes serán? Se preguntaba Kinny, ¿y que querrán?
Los acompañantes del padre de Kinny eran dos hombres altos y fuertes de rostros nada amigables, iban ataviados de sendas capas de terciopelo oscuro largas que los tapaban enteros, con capuchas -que dejaron caer al entrar- la capa les dejaba a la vista solo las suelas de las botas de montar que eran de cuero, bajo la capa se adivinaban las formas de dos grandes espadas y colgadas a la espalda como si nada llevaban flechas y arcos listos para usarse si se necesitasen- estos hombres parecen realmente peligrosos, nadie anda tan armado por pueblos pacíficos como estos, ¿acaso estos hombres temían ser atacados? ¿O es que acaso ellos eran los que atacaban?, estos pensamientos produjeron un escalofrió por todo el cuerpo de Kinny no quería ni imaginarse eso siquiera, no quería pensar que su padre estaba a solas con dos hombres peligrosos. Se acurruco aún más en su escondrijo esperando a que esos personajes tan escalofriantes se hubiesen equivocado de dirección y se fueran rápidamente para poder salir y que su padre le dijera que todo iba bien.
- No está aquí, la envié para que el Rey la guardase de tipos como ustedes- Kinny dio un respingo dándose un golpe tremendo en la cabeza con el mesón, tuvo que morderse fuertemente la lengua para no gritar y que la descubriesen. La voz de su padre la misma voz que con ella era dulce y cariñosa estaba cargada de desprecio y odio, pensó preocupada ¿quiénes serian esos hombres?
- Hay Leonardo- dijo el hombre de la derecha, con una fingida mueca de desaprobación- ya nos imaginábamos que nos saldrías con una mentira como esa, no Bodro- le pregunto al hombre que estaba a su lado a lo que este contesto con un asentimiento de cabeza- y por eso hemos estado interceptando sus mensajes, por lo que tenemos la seguridad de que tu aun tienes el orbe –de que rayos están hablando, pensó con impacienta Kinny.
-Es mi misión resguardar el orbe de tipos como ustedes –la determinación en la voz de Leonardo se podía palpar en cada palabra que les lanzaba a los desconocidos- Primero deberán matarme a mí para conseguirla.
-Bueno si es quieres-dijo este mientas se quitaba de un solo tirón la capa dejando al descubierto sus ropas ensangrentadas y desgarradas – no te la voy a poner fácil- y con un chirrido metálico dejo al descubierto su espada. – Bodro registra este chiquero.
- ¡¡NO!! –rugió Leonardo y solo con un martillo de trabajo se abalanzo sobre él.
Kinny se arrastro un poco fuera de su escondite para poder ver mejor lo que se estaba desarrollando, para su horror y temor vio el momento justo cuando Leonardo se abalanzaba sobre su oponente martillo en alto mientras el otro hombre con un simple paso lo desviaba de su trayectoria dejando chocar a Leonardo contra una mesa de trabajo la que se astillo bajo la fuerza del golpe de martillo del armero, Leonardo se recupero rápidamente y volvió a la carga, ahora intento golpear a su oponente de frente pero este dejo sin efecto su golpe levantando la espada y chocándola con el martillo, las armas de ambos oponentes al chocar hicieron saltar miles de chispas, ambas armas quedaron suspendidas por un espacio de tiempo que a Kinny se le hizo eterno para luego separase de un solo tirón. Leonardo sudaba copiosamente mientras que su oponente estaba como si nada, con una ancha sonrisa curvándole los labios, a Kinny este gesto la inundo de rabia y le entraron muchas ganas de ir y darle lo que se merecía a ese hombre, pero se refreno ¿Qué podría hacer ella contra un luchador como ese? La lucha continuo con las malvadas risitas del hombre de vez en cuando.
Bodro- supuso Kinny- estaba registrando todo de arriba abajo volcaba los mesones, descubría las armas, arrojaba cajones y todo lo que se interpusiese en su búsqueda. justo antes de llegar donde ella se acurrucaba escondida ,se agacho y palpo el piso, dándole a Kinny la posibilidad de examinar mejor su rostro, su cara estaba llena de cicatrices que la deformaban, dándole un aspecto siniestro , su pelo de un negro azabache se extendía desordenado a su alrededor tapándole hasta los hombros, sus cejas eran anchas y desordenadas y en marcaban un par de ojos también negros y crueles, Bodro sonrió dejando a la vista tres dientes solitarios en su boca amarillos y chuecos- un escalofrió le recorrió la espalda a Kinny , ¿acaso la habían descubierto? , Pero luego para su sorpresa hurgo un poco en la tierra de la que extrajo con sumo cuidado una caja de madera, levanto cuidadosamente la tapa y saco con más cuidado aun una esfera de un intenso color rojo sangre, esta no era más grande que un puño cerrado y para la sorpresa de Kinny parecía palpitar. La esfera brillaba intensamente en las manos de bodro dejando un fulgor rojizo en su cara
- Hudro deja ya de jugar y larguémonos de aquí, tengo lo que necesitábamos- Bodro guardo la esfera con mucho cuidado en su caja y la oculto tras su capa, Kinny deseo con toda su alma que no la viese, ella estaba segura de que no saldría ilesa si la descubrían allí, para su suerte Bodro se dio la vuelta y se encamino hasta la puerta.
-¡NO PUEDE! -el grito de Leonardo no llego a su fin pues al descuidarse Hudro le había asestado un golpe con la espada que le había atravesado el estomago, y ahora se encontraba sangrando en el suelo a los pies de Hudro.
- Leonardo…mis condolencias a tu esposa- dicho esto Hudro se marcho riéndose pero no sin antes darle de patadas al cuerpo inerte de Leonardo y limpiar la sangre de la hoja en el.
Cuando los desconocidos se marcharon Kinny se arrastro hasta el desmadejado cuerpo de su padre mirando como se le iba la vida de apoco, segundo a segundo contemplándolo sin poder hacer nada estaba clavada en su sitio atónita, hubiese deseado cualquier otra cosa menos contemplar como moría de apoco su padre sin poder ayudarlo. Por el charco de sangre que se está juntando no le quedaba mucha vida, pensó
-Kinny…-susurro forzosamente
-Si…
-Kinny…recupera el orbe el.....heraldo negro no puede revivir…Kinny recupéralo…solo tú puedes…te quiero con toda mi alma…recupéralo -la voz de Leonardo se fu extinguiendo de apoco. Hasta que con un último suspiro se extinguió totalmente y la vida se escabullo de sus ojos.
-Papa… no papa no te vayas no me dejes... yo no puedo hacer eso… ¡papá!.... ¡¡¡no!!! –y con esas últimas palabras Kinny perdió el control de sí misma y estallo en llanto.
El futuro de Kinny acababa de decidirse y nadie sabía cómo terminaría esto, solo el tiempo y la lucha daría una respuesta.
Eso es todo por ahora... que les pareció...??? díganme plis!!!! estoy mega ultra nerviosa!!!! déjenme un comentario dando su opinión :D plis!!! (XD) Ayúdenme a mejorar como escritora!!!
NOTA: subiré capítulos todos los sábados :D
Besos Jaron!!!